jueves, 14 de noviembre de 2013

Microrrelato

Había ido sola a ver la película. Compré palomitas, me acomodé en el asiento y comenzó la proyección. La sala estaba llena, menos la butaca de al lado. Me pareció extraño. Se había quedado gente sin entrada por no quedar más asientos libres. Al cabo de media hora, vi como un chico se dirigía hacia la butaca que quedaba libre. Se sentó silenciosamente. Parecía preocupado y enfadado, y no paraba de mirar hacia un lado y otro de la sala. Al terminar la película, observé que unos policías se acercaban. Entonces el chico levantó la mirada y dijo:
-No soportaba más sus gritos y las palizas a mi madre.
-Acompáñanos - dijo un policía.- Lo sabemos todo. Tu madre sobrevivirá.

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